Google+ noviembre 2011 | Las crónicas de Thot

Los restos de la Editorial Sopena

Hoy hablo de recuerdos y de sincronicidades.

La historia de este post empezó antes de verano. Mi hijo tuvo que ir a jugar un partido de baloncesto en l'Escola IPSI, a cuyas instalaciones deportivas se accede desde la calle Provença a través de una especie de túnel. Al final llegas al patio interior de la manzana - típico de l'Eixample - reconvertido ahora en los Jardines Maria Mercè Marçal que incluye una área de ocio para los más pequeños.

Mientras esperaba el inicio del partido, mi vista se dirigió hacia una especie de mosaico en la pared trasera de la zona lúdica donde destacabn relieves de bustos de piedra, decoraciones y trozos de la fachada. Eran los restos del antiguo edificio de la Editorial Sopena. ¿Alguien se acuerda de los diccionarios Sopena cuando cursaba EGB? ;)

Hace pocas semanas tuvimos que volver para jugar otro partido, y aproveché para tomar unas cuantas instantáneas con mi cámara fotográfica. Después de ese día empecé mi labor de búsqueda información para saber si aún existe dicha editorial o no. Lo poco que he podido encontrar es la existencia de la razón social en la calle Còrsega, 60, una sencilla web en formato libro y una recopilación de fotografías.

La segunda parte de esta historia viene cuando, hace poco más de una semana, uno de los blogs a los que sigo asiduamente (Barcelofilia) publicó un post sobre la editorial. Lo curioso de todo es que ¡ayer mismo me di cuenta!

Llevo un mes en el que, por falta de tiempo, prácticamente ni publico en Las Crónicas de Thot ni sigo a otras bitacoras amigas. Algunos lo llaman casualidades, otros causalidades o sincronicidades. Pero ¿No resulta curioso que dos blogueros estemos pensando en publicar sobre un tema, aparentemente poco relevante, al mismo tiempo?

En fin, cosas de la vida.

PD - Perdimos en ambos partidos :(



Enlaces de interés:


La iglesia de Santa Ana y la Orden del Santo Sepulcro

Campanar de la iglesia de Santa Ana
Campanar de la iglesia de Santa Ana
Escondida en pleno centro de Barcelona y aislada del mundanal ruido urbano, la iglesia de Santa Ana nos aguarda recogida en una tranquila plaza interior ubicada entre la calle del mismo nombre y plaça Catalunya. Puede accederse a ella desde la misma calle de Santa Ana o desde la calle Rivadeneyra. Recomiendo la primera opción.

Consagrada a Santa Ana - nombre que deriva de la diosa madre céltica Dannán, cristianizado como otros tantos dioses y diosas de culturas ancestrales - data del siglo XII y, aunque es de estilo gótico, conserva la estructura románica inicial. De hecho lo que vemos actualmente son los antiguos restos (iglesia, claustro y sala capitular) de lo que fue un antiguo monasterio agustiniano. En 1936 sufrió un gran incendio, por lo que tuvo que ser reconstruida.

Arquitectura aparte, lo que más llama la atención de esta iglesia es que es la sede de la lugartenencia oriental de la Orden de los Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén en España. Y fíjate que digo es, y no fue, porque en la actualidad siguen celebrando su liturgia una vez al año, vistiendo indumentaria medieval.


Esta orden tiene su origen cuando el emperador Constantino I el magno, influenciado por su madre, Helena de Constantinopla, decide edificar un templo sobre la cueva - en el Gólgota - donde supuestamente fue depositado el cuerpo de Cristo, y ordena que unos monjes sean los encargados de custodiarlo. Con la victoria y conquista de Jerusalén en la primera Cruzada, Godofredo de Bouillón, los sustituyó por monjes-guerreros fieles a Roma, refundándose definitivamente la Orden de Caballería del Santo Sepulcro - la primera orden religiosa y militar de la historia. Según parece, fue en 1141 cuando llegaron a Barcelona acogidos a la regla de San Agustín.

Escudo de los caballeros del Santo Sepulcro de Jesusalén
La simbología de la orden está presente con su insignia que contiene 5 cruces rojas - como tantas heridas sufrió Jesucristo -, el crucero cerca de la entrada a la iglesia, su lema Deus lo vult (Dios lo quiere) y evidentemente, la representación de la escena del Santo Sepulcro. Aunque según el autor del libro El Anillo, Jorge Molist, también hay simbología templaria:

Pero lo sorprendente de la Iglesia de Santa Anna, es que después del incendio del año 1936, apareció escondida detrás de un altar una gran cruz pateada. La cruz paté, inconfundiblemente templaria, es roja y poseé los cuatro brazos iguales, abriéndose en sus extremos exteriores. También se puede ver, hoy en día, coronando uno de sus tejados otra de esas cruces patadas.

Extracto de la revista Más Allá de la Ciencia (Nº 183, Mayo 2004)



En el interior destaca la impresionante sepultura del caballero Miquel de Boera - general en la batalla de Ravenna el 1512 -, la capilla de los deportistas con la estatua de la Moreneta y el fantástico claustro, un autentico remanso de paz.
Sepulcro de Miquel
Sepulcro de Miquel de Boera

Dos curiosidades, sobre lel lugar. Por un lado, los masones tienen prohibida la celebración de reuniones. Y segundo, durante mucho tiempo multitud de peregrinos venían a visitar la capella dels perdons (capilla de los perdones) - así era conocida popularmente la capilla del Santo Sepulcro - entre la víspera del 26 de Marzo hasta la puesta de sol del día siguiente, ya que equivalía a peregrinar a la original en Jerusalén. Con ello, todos los pecados eran perdonados. Eran els perdons de Santa Anna.

Enlaces relacionados:
Claustro de la iglesia de Santa Ana
Claustro de la iglesia de Santa Ana